miércoles

No te creas nada.



-¿Y por que sigues aparentado ser algo que no eres? ¿A quien engañas? ¿A ti? ¿A mi? ¿Al resto? ¿Por qué? ¿Por qué lo haces? ¿Por qué finges? ¿Por qué huyes?

(Silencio)

-Ahora no dirás nada. ¿Volverás a esconderte tras el silencio?

(Silencio)

-Claro, lo harás. Taparás tu cobardía con un manto de silencio. Esconderás tus deseos en lo más profundo de esa montaña de papeles que tienes que interpretar.

-¡Para!

-¿Por qué?

(Silencio)

-¿Duele?

-Mucho…

-¿El que duele?

(Silencio)

-¿La verdad?

El silencio inundó la habitación. Pesadas, grandes y cálidas rozaban sus pestañas, cayendo por sus mejillas una tras otra. Un llanto sumido en el silencio. Lágrimas que gritaban ayuda. Aquello era una locura. Se sabía. Era sabido por todos… pero quizás menos por ella.

No se entendía de ningún modo. ¿Qué pasaba allí?

Un puñado de mentiras sin fin. Una tras otra. Afiladas. Dolorosas.Peligrosas. Mentiras al fin y al cabo. Ella levantó su mirada del suelo, y abrió su boca para emitir sonido por tercera vez en lo que había durado la conversación.

-No te creas nada.

Ojos vacíos que no expresaban nada, atravesaron su alma herida. Ella ya no podía ser ayudada.

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