miércoles

Porcelain doll.








Pesadas, enormes, tristes y derrotadas, se desbordan lágrimas de sus ojos.

Ojos cansados, tristes, hartos de contemplar desde la lejanía. Hartos de buscar. Hartos de perseguir. Hartos de mirar y no ver nada.

Lento, cansado, roto y destrozado, late su corazón abatido. Un corazón con un amor desperdiciado, harto de latir por él. Harto de luchar contra el odio. Harto de sentir. Harto de bombear sangre contaminada.

El sentido del oído también esta en huelga. Harto. Harto de escuchar. Harto de intentar reencontrar su voz y no encontrar más que sonidos que no sirven. Melodía del destino que se escucha entre interferencias.

La muñeca de porcelana camina sin rumbo otra vez. Buscando a su dueño.

Sus pies sangran. Está cansada. Sus ojos se están secando. No puede llorar más. Su corazón se para. El odio se esta apoderando de ella. ¿Y el amor? ¿Qué fue de su amor? ¿Y su dueño? ¿Dónde está?

Abandonada en un mar de dudas y desconsuelo, muñeca de porcelana intenta encontrar algo por lo que luchar y seguir adelante.

Muñeca de porcelana no entiende. No sabe que pasa. No sabe donde esta. ¿Muñeca de porcelana que sabe? Ahora nada.

El viento rabioso empieza a levantarse. Muñeca ya no toca el suelo. Se levantan olas cargadas de desamor. Hunden a Muñeca en lo más profundo del mar. Muñeca de porcelana intenta nadar contra corriente pero es inútil. Y él no está.

Muñeca quiere respirar y no puede. Muñeca necesita oxigeno y no hay. Muñeca necesita ayuda y está sola. Muñeca de porcelana grita el nombre de su dueño. Pero él no contesta. Se hunde. Su voz ya no tiene vida. Muñeca de porcelana ya no ve la luz de un sol oculto entre nubes negras. Muñeca de porcelana ya está sumida en la oscuridad del mar de dudas y desconsuelo. El dolor se apodera de ella. La desolación hace mella en ella. El desamparo la rodea. El llanto sale con fuerza. Para sorpresa de Muñeca, aun tiene lágrimas que derramar. La impotencia la tiene atada de pies y manos. Muñeca ya no puede hacer nada. Se rinde, se hunde aun más. Toca el fondo. La arena se alza. Muñeca de porcelana siente como se rompe. Muñeca de porcelana siente como ya no hay nadie que la reconstruya. Muñeca de porcelana siente como se resquebraja en mil pedazos. Cierra los ojos cansada. Todo tiene pinta de haber terminado.

Y sueña. Muñeca de porcelana sueña. Y siente. Vuelve a sentir, las manos de su dueño abrazándola y sacándola del mar de dudas y desconsuelo. Y siente, vuelve a sentir a su dueño librándola del dolor, del desamparo, de la impotencia. Y sueña otra vez.

Muñeca de porcelana ya no tiene fuerzas para luchar más. Muñeca de porcelana se quedará ahí hasta que algún día, alguien, se encuentre con ella por casualidad y la reconstruya. Muñeca ya no tiene fuerzas, ni valor, ni ganas de auto recomponerse. Su corazón se niega a latir más por él. Sus ojos ya no quieren abrirse. Muñeca se quedara hundida, flotando entre recuerdos, hasta el día que un nuevo dueño la encuentre y vuelva a abandonarla. Sabe que eso es lo que pasará. Pero no le importa. Muñeca fue creada para eso. Para ser utilizada. Pero un pensamiento cruza por la mente de Muñeca de porcelana. A todo muñeco le llega su hora. Todo muñeco es siempre abandonado para la eternidad en algún momento. Quizás, ese momento ya ha llegado para Muñeca de porcelana. Quizás, a Muñeca ya nadie la vuelva a encontrar. Quizás todo ha terminado ya para Muñeca de porcelana.

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