Hola señor presidente. Sí, soy sólo una niña pequeña que no sabe nada del mundo, ni de la vida. No se nada, y tampoco entiendo nada. Así que me gustaría preguntárselo a usted, que sabe tanto de todo. Usted lo sabe todo. Usted es bueno, y ayuda a la gente. ¿Verdad, señor presidente?
Escuche señor presidente, ¿Por qué hay tanta pobreza en este país? El otro día escuché a mis papas que usted prometió ayudar a los pobres. Pero no lo entiendo, usted lo prometió, prometió ayudarles. Y los pobres cada vez son más pobres y los ricos más ricos. ¿No era lo contrario?
Escuche señor presidente, usted prometió ayudar a integrarse a los que viene de fuera. Y sin embargo, por la tele siempre veo que les pegan y se meten con ellos. ¿Cómo es esto señor presidente?
Señor presidente, prometió ayudar a las mujeres. Pero por la tele yo no veo eso.
Señor presidente, prometió ayudar y mejorar el pueblo. Pero señor presidente, yo no veo nada de eso.
Pero claro, usted es el señor presidente, y yo solo soy una niña. Usted, señor presidente lucha por el pueblo, ¿no es así? Señor presidente usted es generoso y humilde, ayuda al pueblo, ¿o no es verdad? Usted, señor presidente, tiene el poder. Quiero ser como usted, señor presidente.
Señor presidente, usted adora la fama y tiene el poder. Y ha prometido utilizarlo para el bien, ¿no es cierto?
Sí, tiene razón, usted es el presidente, usted es el líder, y yo sólo me chupo el dedo.
Sólo soy una niña pequeña que no sabe de la vida, que no conoce el mundo.
Dígame señor presidente, ¿puede usted dormir por las noches?