miércoles

Come on and listen.

¿Y por qué hacerlo más complicado de esa manera tan innecesaria?
Es mejor, más sano, más útil, más delicioso...dejarse arrastrar por el ritmo de la canción. Esa dulce canción que no para, que suena y suena, y no te cansas de ella. Que tiene ese ritmo tan insospechado que te atrapa. Esa canción que te hace llorar y te llena de fuerza. 
¿Para que pensar? No hace falta, sólo escucha y siente la música fluir en tus venas. Túmbate en el suelo, cierra los ojos y la boca.
Dale un respiro a la razón y deja que el corazón tome las riendas un rato. Deja que tu razón vuele, y que el corazón empiece a explicarte esas razones que tiene, y que la razón no comprende y por supuesto nunca comprenderá. Y cuando hayas escuchado al corazón, abre los ojos, mira al cielo y sigue escuchando la música. Tú sigue, sigue escuchando música. Deja que te emocione, deja que se apodere de cada célula de tu cuerpo. Déjate envolver por ella.
Por que ciertamente, ella será tu única y autentica compañía. Por que estará siempre ahí, no envejecerá jamas. Por que ella no atiende a reglas ni a razones. No hace distinciones. Ni necesita guerras para encontrar paz. Ni discursos ni palabras absurdas para llegar a ti. Ni necesita gran cosa para conseguir que sonrías, que llores, que sientas, que olvides.
Si aun después de esto sigues sintiéndote roto y vacío... Sigue escuchando música. No te levantes, no pienses, no observes. Escucha música hasta que ella te recomponga, y te llene. Deja que haga su trabajo. Música, dulce maravillosa música.


Eres tú, mi suerte. Eres tú, tan fuerte. Eres tú, tú, tan diferente.
Surges y de repente la vida olvida a la muerte.
Eres la métrica enigmática que envuelve mi ser y lo salva.
El idioma con el que los dioses hablan, eres música.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...