lunes

-Sus palabras destilaban algo que su mirada no acompañaba. Su mirada brillaba, tenía luz. Una luz potente, capaz de acabar con cualquier oscuridad. Podría decirse que con la mía también. Realmente llegué a pensar que esa mirada no era de este planeta.
-¿No lo era?


  (Silencio)

-Siempre hablaba de lo absurdo que le resultaba imaginar un futuro como el presente en el que vivimos. Siempre decía que esto era un pequeño error en los planes del pasado.
-Eso...eso yo no lo entiendo.
-Yo tampoco, deberías preguntárselo a ella.
-De acuerdo, ¿y qué mas decía?

  (Silencio)

-Por decir, decía muchas cosas, pero siempre en privado.
-¿En privado?
-En compañía de más de cuatro personas siempre se quedaba callada.
-¿Por qué?
-Decía que no todas las personas estaban preparadas para escuchar lo mismo.
-¿Ah, no?
-En eso creo que estoy de acuerdo con ella.

(Silencio)

-Cuéntame más.
-Le gustaba mucho tomar té helado y hablar.
-¿Enserio?
-Sí, pero era muy selectiva con las personas. Y repetía muy a menudo que estábamos en crisis.
-Eso lo sabe todo el mundo.
-No, no esa crisis. Otra clase de crisis.
-¿Qué clase?
-Eso deberías preguntárselo a ella.
-Vale, lo haré.

  (Silencio)

-Pero... ¿Dónde está?
-Se escondió.
-¿Por qué?
-Se cansó de esto y decidió irse a otro lugar.
-¿Qué?
-A ella no le gustaba la gente. Se tiraba horas y horas quejándose de lo absurdo que iba el mundo.
-No debería ser muy simpática...
-Ya te lo he dicho, sus palabras destilaban algo que su mirada no acompañaba.


  (Silencio)
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