viernes



Algún día, mi pequeño. 
Algún día, te contaré todas mis dudas y mis angustias.
Sí, sé cuantas veces has preguntado. Te prometo que algún día, no hoy, ni mañana. Y tampoco la semana que viene,pero te dejaré ver todas esas inquietudes y todos esos miedos. Pero son tantos, y algunos tan diminutos, que no creo que ahora sea el momento de que los descubras. Ella también tenía muchos. Tantos, que temo que al final pudiesen con Ella. ¿Por qué lo hizo? Ah… ¿quién sabe? Desde luego, no he vuelto a saber de Ella. Quién sabe como será ahora. Pero si la volvemos a ver, si la vuelves a ver, pequeño… Sé que la reconocerás. Su mirada aun rezuma luz, estoy segura. ¿Cómo? Eso es algo que… simplemente se sabe. Después de tanto tiempo, después de tantas horas lanzadas al mar escuchando cada palabra, llegas a tener esa certeza de que su mirada no cambiará. Aunque sus palabras destilen cierta tristeza, aunque su voz suene a vacío. Su mirada. Sí, ¡esa mirada! ¿Sabes? A veces pienso que Ella dejó algo suyo en ti.
Estoy segura de que queda poco, y cuando ya no quede nada Ella volverá.
Aunque parezca que el mundo teme por su regreso. ¿Quién lo diría, eh?
Recuerdo que hace unos años pensé que el mundo había podido con Ella. Estaba casi convencida de que el mundo consiguió su propósito. Ella, La chica que no era de este planeta terminó cediendo… ¡Nos engaño a todos! 
Pequeño, fíate de mí, y créeme cuando te digo que deberías seguir su ejemplo, aunque no sus pasos.
Sé secreto pero brilla. Sé sigiloso, y haz mucho ruido. Habla, habla mucho, hazle saber al mundo lo que tienes y quieres decir, pero asegúrate de que sea la persona correcta quien te oiga. No, no puedo decirte quien es. Creo que ni yo misma lo sé cuando camino por la calle. Pero cuando te cruzas con personas… lo sientes. Pequeño tienes que vigilar, el mundo siempre estará al acecho…
Ella lo sabía, y aun así pienso que fue un poco descuidada. Pero tú ya vas sobre aviso, y  sí, tienes razón, tienes una gran intuición.
Guíate. Fíate de ella. De poco nos sirve ser conscientes de las grandes cosas que tenemos si no las usamos, y decidimos no prestarles atención.
Puede que sí, puede que sea exactamente eso lo que ha pasado conmigo.
Sí pequeño, algún día. Ni hoy, ni mañana, ni la semana que viene, pero algún día, te explicaré la historia de todas mis cicatrices.
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