Let the rain falls

Desespero al recordar aquel efímero sueño. Eternos momentos esquivando el tiempo tras parpados cerrados.

Abrí los ojos para descubrir nada más que una habitación vacía calentada por calor metálico.

Y un paisaje sin estrellas ni árboles tras la ventana. Sólo una luna llena en su trabajo de media jornada repartiendo pedazos de tristeza que sirven de inspiración a poetas melancólicos.

Esta noche también veo cosas donde no las hay. Y siento manos que me tocan pero jamás lo han hecho, y miradas que me miran a las que nunca he mirado. Escucho voces y me pregunto si es la soledad que trata de consolarme. Pero no quiero su cariño. Se me antoja frío y áspero.

Soñé con cielos azules y pastos verdes, con un sol radiante y sonrisas en el aire.

Pero cuando abrí los ojos me recibió acogedor un duro asfalto mojado, un rayo rompiendo el cielo. Y un techo distante que observa estas lágrimas mudas que acarician mis pestañas.

Ya no hay luna. Solo tierra mojada y lluvia.

Ahora resulta confortable el saber que al menos, siempre me sentí viva bajo la lluvia.

Otra vez, pasearé descalza bajo las noches de lluvia.
 Si esa es la única manera de sentirme viva, buscaré mis noches mojadas.