domingo

-No. Lo veo muy peligroso.
-Pero podría funcionar.
-¡Es arriesgado! No lo conseguirá.
-¡Ni lo ha intentado!
-¿Y si se hace daño?
-Pero…
-Mírala. No podrá.

(Ella aguarda en silencio)

-Sabes que no lo va a conseguir. Déjalo estar.
-Es nuestra oportunidad…
-No funcionará.

(Silencio)

-Tienes razón. Ella no es suficiente.


-¿Tú qué dices?
-¿Cómo?
-¿Podrás hacerlo?
-¿No has oído lo que ellos han dicho?
-Sí.
-¿Entonces para que preguntas?
-¿Crees que lo podrías hacer?
-Ellos han dicho...
-A diferencia de ti, no estoy sorda. Sé lo que han dicho, lo he oído. Pero no sé lo que dices tú, no te oigo.

(Silencio)

-¿Y bien?
-¿Qué?
-¿Lo intentarás? ¿Podrías hacerlo? ¿Tú qué crees?
-Puede.
-¿Puedes?
-Si lo intentara…
-¿Qué ocurriría si lo intentas?
-Creo que podría hacerlo.
-Podrías, ¿eh?

(Silencio)

-¡Claro que podría!
-¿Entonces por qué sigues aquí?
-Ellos dicen que no puedo.
-Pero tú dices que sí.
-Ellos saben de lo que hablan.
-¿Eso quiere decir que tú no sabes hablar de ti?
-No te entiendo.
-Tú eres tú. Y tu alma, y tu cuerpo. Ellos no son nada; voces ajenas que hablan con poder fingido sobre tu vida. En realidad, ellos son la sombra de tus miedos.
-¿Qué dices?
-Préstales atención.


-¡Te digo que no podrá!
-Ay, no estoy seguro…
-Tú nunca estás seguro de nada, y precisamente por eso, te digo yo que esa opción es muy arriesgada. Es peligroso, no lo conseguirá.
(Silencio)

-Los que hablan son… ¿Es mi duda?
-Y ese límite puñetero y cabezota que no quieres afrontar. 

(Silencio)

-¿Y quién eres tú?
-Yo soy tú.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...