domingo

Vida de una estudiante, que no soy yo.








Suena el despertador. Se levanta lentamente y sin ganas. Se queda sentada, mira a su alrededor y se dirige al baño. Se lava la cara y los dientes. El espejo le devuelve la imagen de una chica de cabello oscuro y ojos oscuros, sin brillo, sin vida, cansados y somnolientos. Ella, que tiene los mismos ojos que yo, el mismo cabello que yo, los mismos labios que yo. Sale del baño y vuelve a su habitación. Abre el armario y se viste. Se dirige a la cocina y desayuna sin prisas.
-
Buenos días, cielo.- saluda la madre alegremente.
-
Buenos días.- contesta ella. Termina de desayunar y vuelve a su habitación. Abre la mochila y guarda en ella los libros de las asignaturas que tiene hoy de mala gana. Sale de su casa y se dirige con parsimonia al instituto. Antes de entrar saca de su mochila el paquete de cigarrillos y se fuma uno con calma. Cuando se lo termina entra arrastrando los pies en el recinto. Sube las escaleras hasta el tercer piso, se acerca a su clase y abre la puerta.
-
Le recuerdo que las clases empiezan a las 8. Estas no son horas de entrar en clase.- saluda molesto el profesor.
-
Lo siento.- dice ella entonces sin sentir nada. Se dirige a su pupitre y abre el libro. Finge durante 15 minutos que presta atención y cuando se cansa saca su libreta y la abre. Empieza a rasgar el papel con su portaminas azul. Pasado 3 minutos la hoja está grabada con palabras sin sentido para el mundo exterior, pero no para ella.
Ella, que tiene las mismas cosas que yo. Así pasan el resto de clases hasta la hora del recreo. Recoge sus cosas y sale hacía el enorme patio del recinto. Se sienta junto con sus amigas. Ella, que tiene las mismas amigas que yo.
-
¡Dios, que mal me ha salido el examen!- se lamenta su amiga. Ella, indiferente le da un bocado a su bocadillo y contempla anhelante el cielo. Vuelve a sonar la sirena y entra de nuevo en el recinto. Vuelve a sentarse y de nuevo finge que presta atención. Abre el libro que toca. Copia lo que tiene que copiar. Y no hace nada más. No piensa, no opina, no habla. Ella, que sufre la misma desesperación que yo. Pasan las clases hasta que llega la tan esperada hora de regresar a casa. Baja las escaleras sufriendo empujones de otros estudiantes. Sale del recinto y cuando se aleja de el, saca de nuevo su paquete de cigarrillos. Se lleva el cigarrillo a la boca y mientras le da la primera calada cierra los ojos y suelta el humo poco a poco. Mientras se va fumando el cigarrillo con calma, degustándolo sin prisa vuelve a contemplar el cielo con añoranza. Tira la colilla al suelo y retoma su camino de vuelta a casa. Abre la puerta y no hay nadie. Tiene la comida en la mesa pero ni la mira. Pasa a su habitación y enciende la música.
Ella, que escucha la misma música que yo. Se tumba en la cama y cierra los ojos, ansiosa de poder soñar y evadirse de la realidad.
Piensa, que ella no debería estar allí. Piensa, que ese no es su lugar. Piensa, que está malgastando su tiempo. Piensa, por primera vez desde que comenzó el día, que está viviendo una vida que no es la suya. Vuelve a cerrar los ojos con fuerza y se deja caer en los brazos de Morfeo. Ella, la chica con la que comparto mis sueños e ilusiones.Ella, la chica con la que me caigo y rompo en cientos de pedazos. Ella, la chica con la que me reconstruyo. Ella, la chica con la que comparto esperanza. Ella, la chica con la que comparto cuerpo y alma, pero que no soy yo.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...