-No fue tu culpa. No fue mi culpa. No fue culpa de nadie.
-¿Que nos pasó?
(Silencio)
-Cambiamos. El mundo lo hace, la gente cambia, las personas... Lo sentimientos también. Sencillamente cambiamos.
-¿Y qué que demonios pasa con los que se quieren para siempre? ¿Eh?
-Ellos sólo aprenden a amarse de otras maneras.
(Silencio)
-¿Entonces por qué nosotros no?
(Silencio)
-Tal vez no estábamos destinados a la eternidad.